martes, marzo 27, 2007

Negro canalla

Cuando un futbolista juega hasta los 40 años manteniendo siempre un buen nivel, es difícil definir cuál fue su época. Para algunos, Omar Arnaldo Palma seguramente es un jugador noventoso, para mí es uno de los grandes símbolos ochentosos, EL canalla de los ´80.
Debutó en Rosario Central en 1979, y ya al año fue una promesa con gran rendimiento en el equipo que se consagró campeón del Nacional ´80 derrotando en las finales a Racing de Córdoba. El Negro fue importante en ese título, pero no era una de las figuras de ese equipo, que contaba con, entre otros, Carnevali, Craiyacich, Bauza, Bacas, el Pampa Orte, Marchetti y Teglia, siendo el técnico el gran Angel Tulio Zof.
Después de haber alcanzado la gloria en el principio de su carrera, al Negro le tocó ser parte del peor momento de los últimos 30 años de Central, el descenso a Primera B en 1984 (junto a Atlanta).
Fue parte clave del plantel que salió campeón de la B en el ´85 con la dirección de Pedro Marchetta, y pasó a préstamo por 6 meses a Colón de Santa Fe ya que, debido a la reestructuración de los campeonatos, tanto Central como Racing estuvieron medio año sin jugar.
Ahí arranca lo mejor del Negro. Rosario Central consigue una marca única en el fútbol argentino al ser el único equipo que sale campeón de la segunda división y de la primera de manera consecutiva, al obtener el Campeonato 86/87 (dejando segundo a Newell`s, además).
Otra vez con el Viejo Zof como entrenador, el Negro se consagra nuevamente campeón, figura y goleador (con 20 tantos) del campeonato de primera. Ese equipo también lo integraban Lanari, Hernán Díaz, Bauza, Balbis, el Pato Gasparini, Cornaglia, Lanzidei y Scalise entre otros. El día de la consagración contra Temperley fue el autor del único gol rosarino en el empate 1-1 en cancha del celeste.
Esa actuación le valió la convocatoria por primera vez (con 29 años) a la selección argentina, y el pase a River Plate.
Era el River de Griguol, el que debía seguir los éxitos del equipo del Bambino Veira, lo que no consiguió. Lo más recordable de Palma en el millonario fue su actuación en el clásico de 1987 que Boca ganaba 2-0 y terminó 3-2 a favor de River, con el Negro convirtiendo el tercer gol (después de haber errado un penal con el partido 0-0).
En 1989 pasó al Veracruz de México junto a Jorge Comas, donde, a juzgar por ciertos comentarios en el post de Comitas, dejó un gran recuerdo, pese a no haber jugado demasiado tiempo.
Volvió a Central, donde se quedó hasta los 40 años pasando de ser referente a ser ídolo absoluto de los canallas.
Era un futbolista fundamentalmente muy inteligente, tenía buena pegada, mucha técnica, bastante habilidad, no era un velocista, pero no jugaba parado, pero era, sobre todo, de esa clase de jugadores que parecen estar siempre 30 segundos adelantados al resto.
Con los años pasó de ser volante ofensivo y/o conductor (cambiaba a menudo su función) a ser un mediocampista más retrasado pero en el que arrancaban todas los ataques de Rosario Central.
En su época de mayor esplendor fue un tipo reconocido, de viejo fue muy respetado, pero si jugara ahora sería, además, un indiscutido de la selección argentina.

viernes, marzo 23, 2007

Trivia Ochentosa Nº6

En la década del ´80 descendieron por primera vez 3 equipos que estaban en primera desde el comienzo del profesionalismo, quedando a partir de eso sólo River, Boca e Independiente como los únicos que jugaron todas las temporadas en la máxima división.
Hubo un futbolista que jugó en esos 3 clubes que descendieron en la década.
¿Quién fue ese jugador?

LA RESPUESTA: EN 24 HORAS. Efectivamente se trata del Toti Iglesias, tal como dijo BKS.
Como dato de color (?), además estuvo en los 80 en Central y en Sarmiento de Junín, que también descendieron en esa década

lunes, marzo 19, 2007

Vale youtubear (?)

No son muchos los videos que he posteado en este blog, pero esto que encontré realmente es muy bueno, los goles de todas las finales de la Copa de Campeones de Europa de la década.
Dos cosas:
1) Qué fenómeno Rabah Madjer
2) No me canso de ver cosas del Milan de Sacchi (debo post sobre el mismo)

jueves, marzo 15, 2007

El orgullo nacional

En 1982 Independiente estaba en crisis, hacía 4 años que no se consagraba campeón, 3 que ni siquiera jugaba la Libertadores (que ya había ganado en 6 oportunidades), y hasta Bochini hacía banco.
La comisión directiva había contratado a Nito Veiga para torcer la historia y volver a pelear arriba.
En el Nacional ´82 que ganó Ferro no logró pasar la primera fase (ninguno de los grandes lo hizo), pero en el Metro volvió a figurar, terminando segundo a dos puntos del Estudiantes de Bilardo.
En el Nacional ´83 volvió a ser subcampeón de ese Estudiantes (ahora dirigido por Manera) que se consagró en Avellaneda.
Si bien Veiga no había conseguido ningún título, el Rojo había vuelto a figurar en los primeros planos. Pero su hora ya había pasado, y los dirigentes habían vuelto a contratar a José Omar Pastoriza, el viejo ídolo (irónicamente surgido de Racing) que había ganado la Libertadores como jugador y que había sido el entrenador en los dos últimos campeonatos ganados por el Diablo (los Nacionales ´77 -el de la final contra Talleres-, y ´78 -derrotando a River en la final).
Y se puede decir que con el Pato volvió la mística. Ganó el Metro ´83, dejando segundo al San Lorenzo recién había ascendido. Ese equipo se dio un gusto único (al menos en la Argentina), salir y campeón y despedir rumbo a la B a su mayor rival, en esa última fecha el Rojo le ganó a Racing 2-0 con goles de Giusti y Trossero en un festejo que sólo puede vengarse logrando algo exactamente igual.
Ese día, Independiente formó así: Moriconi; Zimmermann, Villaverde, Enzo Trossero y Clausen; Giusti, Marangoni, Bochini y Burruchaga; Enrique Omar Sánchez y Percudani.
Al otro año Independiente no tuvo una actuación destacada en el ámbito local, pero volvió a agrandar la leyenda del Rey de Copas. Se vengó de Estudiantes dejándolo fuera de la Copa Libertadores en la primera ronda (en el grupo que también integraron los equipos paraguayos), en las semifinales eliminó a Nacional de Montevideo y Universidad Católica.
Después de 8 años volvía a jugar la final de la Copa, la misma que ya había disputado en 6 oportunidades saliendo siempre vencedor. El rival sería el Gremio de Porto Alegre, el vigente campeón que, también, era el campeón Intercontinental tras vencer al Hamburgo el año anterior.
La serie final arrancó en Brasil, donde el rojo le dio un pesto bárbaro al tricolor gaúcho, ganando por 1-0 con gol de Jorge Burruchaga. En la revancha, en Avellaneda, el 0-0 alcanzó para levantar la séptima copa.
Y en diciembre llegó intercontinental. El Liverpool era el campéon de Europa tras derrotar a la Roma de Falcao y Roberto Pruzzo en la final. Era la cuarta vez en 7 años que ganaba la copa de Campeones.
Luego de una absurda polémica que desató en la Argentina sobre si Independiente debía enfrentar a un equipo inglés a un par de años de la guerra de Malvinas, privó el sentido común y el 9 de diciembre del 1984, en Tokio, Independiente derrotó al Liverpool 1-0, con este gol de José Percudani, ganando por segunda vez la Copa Intercontinental.
La formación ese día fue la que recuerdo instántaneamente pensando en ese equipo: Goyén; Clausen, Villaverde, Trossero y Carlos Enrique; Giusti, Marangoni, Bochini y Burruchaga; Percudani y Barberón. En el banco estuvieron Moriconi, Zimmerman, Monzón (el único que entro), la Vieja Reinoso y Merlini.
Fue el último gran momento de ese equipo. Al otro año Argentinos Juniors, después de un par de partidos espectaculares, lo eliminó en la semifinales de la Libertadores (el día del famoso penal errado por Marangoni), y sólo en 1987 (con una formación bastante distinta) pareció que volvía la historia copera en la Libertadores del gol de Francovig a Islas, que finalmente fue ganada por Peñarol.
En las encuestas que hice en este blog (están en el sidebar) su defensa y su mediocampo fueron elegidos como los mejores de la década, y en los rankings que hago en La Redó!, 9 de sus 11 titulares están en los top10.
Es un equipo que da para escribir mucho más, pero creo puede resumirse diciendo que fue uno de los más claros ejemplos de lo que significa el paladar negro.

lunes, marzo 12, 2007

O Doutor

Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, nombre completo de, tal vez, el mejor número 8 brasileño de los últimos 30 años (por lo menos).
Puedo definir su fútbol con una sola palabra: clase.
Volante completo, lo mejor suyo se veia en funciones ofensivas. Fue parte fundamental de los gloriosos scratchs que el gran Telé Santana dirigió en los mundiales ´82 y ´86.
Junto a Junior, Falcao, Toninho Cerezo y Zico dieron, sobre todo en España, un show increible de futbol vistoso y bien jugado.
Muchos dirán, fijándose en las eliminaciones a manos de la Italia de Paolo Rossi en el 82 y de la Francia de Platini y Tiganá en el 86, que "sí, sí, mucho jogo bonito, pero perdieron".
Claro que perdieron, pero soy un convencido que uno no se acuerda nada más que de los ganadores, o al menos no debería hacerlo.

No van a convencerme que Totti es más que Baggio o que Cruyff porque aquel ganó un mundial y estos no. Y no van a convencerme, tampoco, que Socrates fue menos crack porque no salió campeón del mundo.
Dueño de una gran pegada, gran ejecutor de tiros libres, era bastante efectivo (en cuanto a goles convertidos se refiere), y era un eximio asistidor. En la selección no era el conductor, ya que Zico era quien desempeñaba esa función, pero tranquilamente podía serlo, y solía serlo en varios pasajes de cada partido.
Comenzó jugando en el Botafogo paulista, y en 1978 pasó al Corinthians. En el Timao tuvo los mejores años de su carrera, siendo ídolo y emblema de la torcida (incluso ha integrado la comisión directiva) y quedándose hasta 1984. En 1982 y 1983 fue campeón paulista, derrotando, en ambas ocasiones al Sao Paulo (en el 83 fue 1-0 con gol de Socrates.)
En esos años no sólo era referente por lo que hacía dentro del campo de juego, sino también por su convicción política. Fue uno de los artífices de la democracia corinthiana, movimiento al que le dedicaron obras Jorge Amado y Gilberto Gil.
En 1981, en plena época de dictadura en toda América Latina (incluso, obviamente, en Brasil), Atilson Monteiro Alves fue nombrado director de fútbol del Corinthians. Revolucionó las estructuras del fútbol brasileño disponiendo que todas las decisiones que hicieran a cuestiones del fútbol se tomarían de acuerdo al voto de la mayoría del plantel.
Los jugadores corinthianos con Socrates y Casagrande como máximas figuras salían a la cancha con inscripciones invitando a la gente a votar y terminar con los militares, y comenzó con la campaña "Direitas Ja" que proponía democratizar el método de elección del presidente del país.
Finalmente, Monteiro Alves perdió las elecciones en el club (bajo acusaciones de fraude) y la campaña de las "direitas" no tuvo éxito. (más sobre el tema)
Socrates, entonces, se fue a Italia, donde estuvo sólo un año en la Fiorentina, no pudiendo emular a Falcao que se había transformado en ídolo de la Roma (tampoco Zico pudo adaptarse al Udinese)
Volvió a Brasil para jugar un par de años en el Flamengo, luego pasó al Santos, y se retiró en 1989 jugando nuevamente en el Botafogo SP en el que había debutado.
En mundiales marcó 4 goles, 2 en España (vs. Urss e Italia) y 2 en México (vs. España y Polonia). En el mundial del ´86 la FIFA quiso sancionarlo por usar una vincha con inscripciones políticas, aunque después no tomó medida alguna -al menos visible (?)-, pero para muchos (allá ellos) sólo es recordado por haber errado su penal en la definición contra Francia.
Su hermano es Rai, quien si bien tenía una calidad inferior (aunque era terrible jugador), consiguió ser campeón del mundo con Brasil en Estados Unidos 1994, y campeón intercontinental con el Sao Paulo en 1992 (en 1993 fue vendido unos meses antes de la disputa del partido ante el Milan).
Un jugador que hoy podría ser considerado el mejor del mundo, y aparte un médico (porque es médico) que demuestra que la medicina y el jogo bonito no necesariamente deben estar enfrentados (?).

miércoles, marzo 07, 2007

La tragedia de Heysel

o el estúpido: “show must go on”

El 29 de Mayo de 1985 se jugó la final de la Copa de Campeones de Europa entre el Liverpool y la Juventus. El encuentro terminó con un 1-0 a favor de la Juventus (gol de Platini de penal) y los italianos se consagraron Campeones de Europa por primera vez. Pero no es la victoria de la Vecchia Signora el hecho por el cual se recuerda este partido. Ese día se produjo la tragedia en una cancha de fútbol con más repercusión en la historia del fútbol mundial.

El partido se disputó en la ciudad de Bruselas en el estadio de Heysel (hoy conocido como Rey Balduino) ante casi 60.000 personas divididas en partes iguales entre ingleses e italianos. Sobre una cabecera había un sector de hinchas del Liverpool y anexo un sector de hinchas de la Juventus. Es sabido el estado en que los hinchas ingleses (hooligans) asisten (o asistían) a los estadios y en un momento empezar a arrojar objetos al sector italianos. Como si esto no fue suficiente quisieron “ganar” la tribuna tirando abajo las vallas y pasar a “buscar” a los tanos. La consecuencia fue una avalancha de hinchas italianos contra una pared lindera de la tribuna. En esa avalancha murieron 39 personas (34 italianos, 2 franceses, 2 belgas y 1 inglés) y es hasta hoy una de las tragedias con más víctimas sucedidas en una cancha de fútbol.

Lo sucedido después de esa tragedia fue parte del circo. Con una hora y media de retraso los equipos salieron a la cancha y los capitanes de ambos equipos leyeron un comunicado pidiendo “tranquilidad” a los hinchas (recordemos que ya había habido 39 muertes y los cadáveres eran observables por todos en el estadio); según la UEFA el partido se llevó a cabo ante el riesgo que la suspensión “conllevase peores consecuencias”.

Lo cierto es que jugadores de ambos equipos reconocieron haber tomado la real magnitud de lo acontecido recién el día después. Mucho se criticó al plantel de la Juventus que no solo decidió jugar el partido sino que festejó la conquista “como si no hubiese pasado nada”.

La realidad indica que no fue un partido más en la historia del fútbol. A raíz de esto se expulsó a todos los equipos ingleses (que venían siendo amplios dominantes) de las competiciones europeas por 5 años y al Liverpool por 10 años (sanción que luego fue reducida a seis). Y se empezaron a tomar medidas que se deben cumplir si o si en cualquier partido de competición europea. Si comparamos las medidas que se empezaron a tomar en Europa hace 22 años con las medidas de nuestro fútbol sudamericano nos daría risa y después vergüenza, mucha vergüenza...

[Más información:Página italiana sobre la tragedia / Entrada en Wikipedia]

POSTEO: Xcos