Negro canalla
Después de haber alcanzado la gloria en el principio de su carrera, al Negro le tocó ser parte del peor momento de los últimos 30 años de Central, el descenso a Primera B en 1984 (junto a Atlanta).
Fue parte clave del plantel que salió campeón de la B en el ´85 con la dirección de Pedro Marchetta, y pasó a préstamo por 6 meses a Colón de Santa Fe ya que, debido a la reestructuración de los campeonatos, tanto Central como Racing estuvieron medio año sin jugar.
Ahí arranca lo mejor del Negro. Rosario Central consigue una marca única en el fútbol argentino al ser el único equipo que sale campeón de la segunda división y de la primera de manera consecutiva, al obtener el Campeonato 86/87 (dejando segundo a Newell`s, además).
Otra vez con el Viejo Zof como entrenador, el Negro se consagra nuevamente campeón, figura y goleador (con 20 tantos) del campeonato de primera. Ese equipo también lo integraban Lanari, Hernán Díaz, Bauza, Balbis, el Pato Gasparini, Cornaglia, Lanzidei y Scalise entre otros. El día de la consagración contra Temperley fue el autor del único gol rosarino en el empate 1-1 en cancha del celeste.
Esa actuación le valió la convocatoria por primera vez (con 29 años) a la selección argentina, y el pase a River Plate.
Era el River de Griguol, el que debía seguir los éxitos del equipo del Bambino Veira, lo que no consiguió. Lo más recordable de Palma en el millonario fue su actuación en el clásico de 1987 que Boca ganaba 2-0 y terminó 3-2 a favor de River, con el Negro convirtiendo el tercer gol (después de haber errado un penal con el partido 0-0).
En 1989 pasó al Veracruz de México junto a Jorge Comas, donde, a juzgar por ciertos comentarios en el post de Comitas, dejó un gran recuerdo, pese a no haber jugado demasiado tiempo.
Volvió a Central, donde se quedó hasta los 40 años pasando de ser referente a ser ídolo absoluto de los canallas.
Era un futbolista fundamentalmente muy inteligente, tenía buena pegada, mucha técnica, bastante habilidad, no era un velocista, pero no jugaba parado, pero era, sobre todo, de esa clase de jugadores que parecen estar siempre 30 segundos adelantados al resto.
Con los años pasó de ser volante ofensivo y/o conductor (cambiaba a menudo su función) a ser un mediocampista más retrasado pero en el que arrancaban todas los ataques de Rosario Central.
En su época de mayor esplendor fue un tipo reconocido, de viejo fue muy respetado, pero si jugara ahora sería, además, un indiscutido de la selección argentina.